La muestra comprende cuatro series de fotografías con diferentes temáticas, pero todas ellas presentan la belleza sublime de la isla de Taiwán.
El fotógrafo Chen Chih-hsiung expone en la serie Interfases-Ritmos de la naturaleza y humanidad, lagos azul celestes, mares de azul cobalto, exuberantes montañas y naturaleza verde.
En particular se aprecia de este fotógrafo su ansia de perfeccionamiento en la técnica, así como sus retratos de escenas al atardecer.
Liu Chen-hsiang muestra en su serie Pasión-fiesta celestial de las artes dramáticas, la alta diversidad cultural de esa sociedad.
Taiwán mantiene una fascinante mezcla de géneros de drama y danza. Sus linajes pueden ser remontados a fuentes tan diferentes que van desde augustos palacios a los templos comunes de vecindario. En estas fotos se ve desde lo más sofisticado y complejo, hasta lo más sencillo y práctico.
Huang Ting-sheng, en su serie Folclore-Integrando lo mundano y lo celestial, señala su regristro de unos 20 años, donde toma festivales y rituales taiwaneses.
Chi Po-lin, en sus fotografías tituladas Encumbrado-Una visión elevada del Taiwán natural, muestra sus diez años de tomas fotográficas en esta serie.
Se destacan unas 200 mil imágenes aéreas captadas sobre la isla en helicóptero, en altitudes entre 300 y 14 mil pies.
